El cuento de nunca acabar

La maestra escenifica un cuento sobre la paz. Los ojos abiertos de los niños la contemplan extasiados. Las bocas abiertas. Gesticula y se mueve a lo largo de la plataforma. El público aplaude cada una de sus ocurrencias. De pronto, una niña empieza a llorar. La que está a su lado la abraza y poco a poco se van sumando los demás. El grupo se transforma en un ovillo de lana de colores. Compacto, blando, suave, delicado. La maestra se une a ellos. Hoy ha conseguido distraerlos durante veinte minutos. Incluso les ha sacado alguna sonrisa. Le ha parecido intuir un tímido intento de carcajada. El estruendo de la bomba les ha devuelto el miedo. En la estación de metro abandonada, la clase de 1º tiembla bajo el peso de la guerra.

Micro seleccionado para el mes de marzo del X Certamen de Microrrelatos Javier Tomeo.

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