
La primera vez que la vi con la cámara colgada del cuello, no me transmitió nada. Ni fu ni fa. La segunda, me inquietó porque observaba algo con tanto detenimiento que parecía que lo iba a diseccionar. Las 43 veces que la he visto desde entonces, haciendo fotos, me han dado una razón para vivir.
Me aparezco en sitios extraños, inesperados, sorprendentes. Y me aseguro de que su objetivo me alcance.
Quién sabe, quizá algún día lo descubra, lo entienda y me dé una oportunidad.
Para los viernes creativos. el Bic naranja. Foto propuesta por Ele.
Buenísimo, me ha encantado. Una forma muy tímida de pedir una cita o una forma de acecho pintada de «arte». Genial.
Me alegra que te guste. Al ver esa foto tan inquietante, me ha venido a la cabeza la historia de un “objetivo” enamorado🥰Muchas gracias, Paula😀
Excelente, pelín inquietante si acaso. Pero el amor se busca de muchas maneras. Me ha gustado mucho 👏👏👏
Me alegro. Sí es cierto que da un poco de repelús el enamorado, pero c’est l’amour❤️Muchas gracias, Sabius😊
¡Qué bueno!
Espero que algún día dejemos de mirar solo a través de un visor.
Mucho tienen que cambiar las cosas… Pero peores torres han caído😀Un abrazo😊