Volvió a dar un traspiés. Se recompuso y cogió la jeringa. Recordó, una vez más, al mamarracho que no dejaba de quejarse de lo mal que estaba todo y de lo desatendido que se sentía, que tenía que depositar el paraguas en la entrada. Se levantó la sotana para no volver a tropezar y le puso la inyección al energúmeno, que seguía gritando.
El médico, que había tenido que abandonar el estreno de la obra de teatro que llevaba un año ensayando por atender esta urgencia, se aseguró de que el calmante tuviera dormido al paciente un buen rato.
Para las Cinco palabras de Miguel Rellán.
Vaya tela, no tiene horas el día y días el año, y le tiene que salir una urgencia justo cuando está de estreno.
Bien hilado. Aurora,
Que pases un buen domingo.
Todo el año preparándose el pobre hombre…¡Buen domingo para ti también!
¡Vaya, vaya! Me hizo recordar cuando me interesé en una telenovela y, aunque la veía con irregularidad, lograba comprender y estar al tanto de la trama. Sin embargo el día del anunciado final, que no deseaba perdérmelo por nada, un inesperado corte de luz me dejó echando chispitas. ¡Así son los imprevistos, nada qué hacer!
¡Buena participación en Cinco palabras, Aurora!
¡Un abrazo!
¡Qué faena más gorda!¡El último capítulo. Gracias por tu visita, Sari😀