
La verdad, el hombre un poco rarito sí que es, y resulta un pelín extravagante que tu jefe te invite a almorzar de esa manera tan extraña, pero he pensado que igual le digo que repitamos. A mí me vino bastante bien ese juego que se llevaba con la careta. Se pasó dos horas hablándole a la cara sonriente esa y yo aproveché para desconectar. Se me pasó la jornada laboral en un plis y cuando volví a casa, estaba relajada y como nueva.
Con tener un poco de cuidado en no perder la compostura y no roncar, yo creo que un par de descansos más aún me quedan.
😂😂😂 Bastante rarito el jefe; mientras mantenga el mismo modus operandi seguirá siendo inofensivo.
¡Un abrazo!
Jijiji, totalmente inofensivo
Jajaja que bueno y simpático tu relato. Me ha encantado!!
Besicos muchos.
Muchas gracias, querida Nani. Abrazos fuertes
Me da, que de seguir así la primera en aburrirse va ha ser ella.
Un relato surrealista muy acorde con la imagen.
Un abrazo.
Jajajaja, ella cierra los ojos un poco y recupera😜Un abrazo.
Original y surrealista, me ha gustado. Me pregunto que fue antes, si el relato o la imagen que lo acompaña 😉 Un abrazo.
Pues es curioso el efecto que se produce en el cerebro creativo cuando te ponen una imagen potente delante☺️
¿Por qué le habla a la careta y no a la persona de verdad?
no se sabe, es un misterio…
Es un poco rarito el jefe…