Parecía una mujer normal. Tenía pelo, piel, uñas y dientes. Vivía en un piso corriente y compraba leche y cereales en el supermercado como todo el mundo. Pasaba horas sentada en un banco de la calle, observando a su alrededor y anontando datos en una especie de libreta digital. Un día, estalló una tormenta tan brutal que anegó la ciudad y la dejó sumergida bajo el agua. Los pocos humanos que sobrevivieron se hacinaron en la terraza del edificio en el que ella vivía. No por casualidad resultó ser el más alto de todos. Cuando los supervivientes casi habían perdido la razón y estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que se les pidiera con tal de salir de ese infierno, ella emergió de las profundidades como un proyectil, impulsada por dos enormes alas.
Se posó con suavidad sobre el suelo de la terraza y, con voz de trueno, sometió, en menos que canta un gallo, a los sujetos de su próximo experimento.
Micro inspirado en la foto que propone esta semana Rafa Sastre en Valencia Escribe.
Aurora, con estos creo que probarán la famosa vacuna. Lo malo es que los demás estamos ahogados.
Buen relato. Un saludo.
La verdad es que la historia tiene pinta de acabar mal…¿quién sabe? Mis personajes son muy caprichosos y toman sus propias decisiones…Gracias, Ángel😃
Que la salvación para ti se que te sometan… vaya cruel destino. Intrigante.
Te he encontrado en el reto de Adella Brac,
Saludos,
Cruel destino, sí…¡A saber qué ideas lleva esa mujer alada en su cabeza! Muchas gracias por tu visita y tu comentario, José. Bienvenido a esta tu casa de letras😃
Perdón, Jose😃
Siempre hay algunos más vivos que el resto, prestos a salvarse ante cualquier infortunio. ¡Muy bueno, Aurora!
A Jose Lezcano quítale el tilde en su nombre. Ella es una profesora que escribe historias muy bonitas en su espacio de la plataforma Blogspot.
¡Un abrazo!
¡Hola Sari!Muchas gracias por tu lectura y por avisarme de lo del acento y la personalidad de Jose☺️
Muchas veces olvidamos que los demonios fueron, en algún momento, y según la mitología cristiana, ángeles…
Saludos,
J.
Increíble lo que puedes sacar de una sola foto. Además llegar a narrar una historia tan llena de matices en tan pocas líneas tiene un gran mérito. Espero que si en el futuro llegamos a tal apocalipsis no nos separen en ratas de laboratorio y en científicos sin escrúpulos. Pero viendo lo visto hasta ahora, cualquier cosa es posible.
Enhorabuena por el micro, te quedó genial.
Muchas gracias, me alegra mucho que te guste. ¡Hay que tener cuidado, por menos de nada nos llevan a casa ajena y nos atiborran de piensos para mascotas! Nunca se sabe…Un abrazo fuerte.